Se despertó vagando descalza por las calles, no reconocía los lugares que prendidos quedaban en las pupilas de sus ojos, su cuerpo apenas cubierto por una fina túnica se pegaba a él aterido de frió.
No sabia quien era, que estaba haciendo allí
Sonó un estruendo en la lejanía, una sirena recorría el silencio de aquel gélido amanecer.
Sintió unas manos que palpaban su cuerpo, golpeando su neumotórax, cerro los ojos
La nada silente se hizo con el espacio.
Escucho una voz que decía:
No hay nada que hacer, firma el éxitus a las 6.30 h.
7 comentarios:
Voy a estar ausente un tiempo en la nada silente.
Escalofriante....la unica frase que oyo fue la confirmacion de su propia muerte...
Besotes.
Wow! He leídos todos estos microrrelatos... ¡me gustan!y esa presentación con los colores...
Bueno me quedo por aquí...aunque digas que vas a estar ausente, me quedo a esperar...
Besos desde el abismo.
Abismo gracias por tus palabras, no estoy ausente, es que no siempre se me ocurren cosas que contar, no tengo tu fluidez y mano con las palabras.
Besos guapa!!
Palabras oscuras me gusta!
te sigo, te leo
un besote
Simple y escalofriante.
Besos.
oooooh! eurice como me encanta esa historia del mendigo de la mirada color esperanza la leo y vuelvo a leer cada vez que puedo!!!! saludos y un abrazo espero estes bien!
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